Píldoras de Revée
Cicatriz
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1 año agoon
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Redazione
Una cicatriz es la reacción de nuestro cuerpo ante un traumatismo o una intervención quirúrgica. En todos los casos, es necesario cuidarla para favorecer el éxito del proceso de cicatrización y limitar la formación de queloides. Los cirujanos son bien conscientes de ello y, cuando planifican una operación, prestan especial atención a la cicatriz, tanto en la fase preparatoria como en la de cicatrización. Pero, ¿qué es exactamente una cicatriz, en qué casos se forma y cómo puede tratarse? Esto es lo que dicen los médicos entrevistados por Revée.
Qué es una cicatriz y como se forma
«La cicatriz actúa como tejido reparador», explica Marco Tresoldi, profesor contratado, investigador de la Universidad de Pavía y cirujano plástico.
Nuestro organismo está tan desarrollado que no puede regenerar tejidos, salvo en determinados casos, como el hígado. «En todas las demás zonas se forma tejido de reparación, que representa un intento de reparar una lesión», prosigue el profesor.
De hecho, el proceso de cicatrización se produce mediante la formación de tejido conjuntivo compuesto esencialmente por fibras de colágeno que actúan como pegamento entre los colgajos. «Una cicatriz se forma en una media de 7 a 10 días», prosigue el profesor, «y después comienza un proceso de maduración que pasa por las fases de retracción, contracción y remodelación de la cicatriz, y que durará aproximadamente un año».
Inicialmente, la herida puede ser roja o violácea por ser el resultado de un traumatismo, pero la pérdida de contenido en agua de las fibras de colágeno hace que la cicatriz se vuelva blanquecina y translúcida. Sin embargo, pueden producirse resultados anómalos, consistentes en defectos en el proceso de cicatrización. «Las cicatrices pueden ser hipotróficas, es decir, deprimidas, o hipertróficas o queloides», señala el profesor. «En este último caso, los fibroblastos, es decir, las células destinadas a la producción de colágeno, son estimulados para que produzcan más cantidad del mismo, por lo que la cicatriz emerge de los márgenes de la herida», señala Tresoldi.
Para tratar las cicatrices se pueden utilizar dos tipos de productos: la silicona y la elastocompresión. Se pueden emplear dos tipos de productos en el tratamiento de las cicatrices: la silicona y la elastocompresión. «Ambos ayudan a favorecer la reducción del proceso de inflamación, llevándolo a un nivel fisiológico en el que la cicatriz aparece blanca y plana», explica el profesor. Los productos a base de silicona pueden encontrarse en forma de gel o de parche, lo importante es que el grado de pureza de la molécula sea elevado. «Porque de lo contrario puede provocar casos de dermatitis o hipersensibilidad». «Por otro lado, la elastocompresión se aplica en zonas sometidas a traumatismos, para evitar que la cicatriz se desarrolle hacia arriba», prosigue el profesor.
Sea cual sea el tipo de cicatriz que presente el paciente, siempre es necesario evaluar el cuadro clínico: «El trabajo del médico es hacer un diagnóstico», concluye Tresoldi. «y luego indicar la mejor terapia».
Cicatrices y operaciones quirúrgicas
«Tanto la preparación para la cirugía como la prevención y la rehabilitación son importantes – explica Giovanni Papa,profesor de la Universidad de Trieste y director de la clínica de cirugía plástica de la capital friulana – en efecto, los mejores resultados se obtienen cuando se reducen los hematomas, las infecciones y las cicatrices».
En toda operación se producen cicatrices que son el resultado de un proceso multifactorial.. «En los primeros periodos tras la cirugía, las cicatrices hipertróficas pueden tratarse con cremas elastizantes, – señala el profesor – regeneradoras o con silicona».
La Dra. Gretha Grilz, especializada en cirugía plástica, reparadora y estética y cirujana de la Unidad de Mama del Hospital Cottolengo de Turín, explica cómo, en el tratamiento del cáncer de mama, con terapia quirúrgica, un mes después de la operación hay que volver a evaluar a la paciente para iniciar la fisioterapia y comprobar el estado de la cicatriz: «En el primer mes después de la operación, es necesario utilizar el sujetador postoperatorio las 24 horas del día. A continuación, se enseña a la paciente cómo cuidar sus cicatrices en los tres meses siguientes. Es esencial utilizar un producto que las ablande para evitar la formación de zonas adherentes», explica el cirujano.
La Dra. Barbara Cagli, especializada en cirugía plástica, reparadora y estética y jefa de la Unidad de Mama del Campus Biomédico de Roma, también ofrece una visión general de cómo tratar la cicatriz después de una operación: «No es sencillo pedir a las pacientes que se masajeen la cicatriz inmediatamente – explica Cagli – no se trata de una competición, cada una necesita su tiempo». Marco Klinger, Profesor Titular de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética de la Universidad de Milán, también añade, relatando lo complicado que resulta el tratamiento para una mujer con cáncer de mama: «Es un camino de obstáculos – comenta Klinger – hay que realizarlo con cariño para las pacientes». Las señales de la intervención quirúrgica también desempeñan un papel clave. Si el tumor está circunscrito, es posible extirparlo con un acceso periareolar y producir así una pequeña cicatriz. Este procedimiento puede lograrse gracias a técnicas adoptadas de la cirugía estética.
Las cicatrices no sólo son el resultado de las operaciones para extirpar tumores mamarios, sino que también pueden producirse en la cirugía bariátrica, como explica el Dr. Rosario Ranno, director de la Unidad Operatoria Compleja de Grandes Quemados del Hospital Cannizzaro de Catania: «Las cicatrices en la cirugía postbariátrica son parte del juego» y el paciente debe ser consciente de todos los riesgos y complicaciones asociados a la operación.
También hay casos límite en los que el tejido cicatricial llega a cubrir completamente un órgano, como explica Franco Bassetto, profesor titular de cirugía plástica y director de la Unidad Operatoria Compleja de Cirugía Plástica del Hospital Universitario de Padua, en relación con la mutilación genital femenina: «Existen distintos grados de mutilación; como la amputación de los labios menores o la amputación y cierre de los labios mayores, una práctica denominada infibulación», prosigue el profesor. Dependiendo del grado de deformidad que el cirujano encuentre en la paciente, existen distintos tipos de intervención: tratamiento cicatricial, corrección de la amputación mediante plástica o intervenciones regenerativas.