Médicos y cirujanos
Diástasis: una cuestión cultural
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1 año agoon
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Redazione«La diástasis no tiene solo que ver con una intervención quirúrgica, sino sobre todo con una cuestión cultural.»
Franco Bassetto es profesor titular de Cirugía plástica en la Universidad de Padua (Italia) y lleva años tratando la diástasis.
En la entrevista con Revée tocó los diversos aspectos de la enfermedad, no solo médicos, sino también sociales y psicológicos de quien la padece.
Bassetto comienza: «El concepto moderno de salud no solo pretende erradicar la enfermedad, sino también mejorar el estado de bienestar mental y físico del paciente.»

Diástasis: una brecha cultural
La diástasis es una patología relativamente joven desde el punto de vista informativo: «Todavía hay poca información sobre el tema —aclara Bassetto—. Muchas mujeres, de hecho, viven en un mundo donde la diástasis no se conoce y no saben ni siquiera que se puede corregir. La «barriga en forma de pera» no solo tiene que ver con una intervención quirúrgica, sino también con el contexto cultural en el que vive la paciente, el aspecto psicológico y la dificultad de conseguir información veraz.»
Los ginecólogos afirman que el 50% de las mujeres que han dado a luz sufre de diástasis: «En realidad no disponemos de datos a nivel nacional.» Bassetto continúa: «La incidencia de casos está subestimada, también por la falta de uniformidad en los requisitos del sistema sanitario, que cambian según las regiones.» En la región italiana Veneto, por ejemplo, 5 cm de separación de los rectos abdominales son suficientes para que te operen, mientras que en el sur puede ser necesaria una distancia de hasta 10 cm. Además, si la distancia es inferior a 5 cm, el problema se considera solo desde un punto de vista estético.
Las grandes diferencias de tratamiento en Italia suelen estar ligadas a una percepción cultural. Muy a menudo, de hecho, la diástasis no se reconoce como una patología, sino como una consecuencia natural del parto.
Sistema sanitario y diástasis
El sistema sanitario italiano, por ejemplo, interviene solo en casos de diástasis grave, es decir, a partir de 5 cm. «El coste que reembolsa el Estado por la intervención es de unos 2.000 €, pero al hospital le cuesta mucho más.» El cirujano añade: ««Asociaciones come Diastasi Donna ayudan a concienciar la opinión pública sobre el tema y sacar a la luz el problema. Nuestra tarea es trabajar junto con las pacientes para conseguir que la sanidad pública cubra la totalidad de estas intervenciones».
Existen básicamente tres categorías de pacientes que sufren de diástasis: «pacientes antes bariátricos, antes obesos que han perdido muchos kilos tras una intervención quirúrgica o mujeres que han dado a luz —añade Bassetto–. También es posible que la separación de los rectos abdominales se produzca por falta de colágeno o elastina, es decir, por causas congénitas.»
El acceso es mediante abdominoplastia. «Soy de la opinión de que se puede crear una continuidad estable de los músculos rectos —cuenta el Dr. Bassetto— y que con el método mínimamente invasivo hay un alto número de recaídas. Otra solución son unas redes, que pueden ser sintéticas o biológicas.»
La estética del abdomen es un estado de bienestar: «Todo el mundo tiene derecho a ello —afirma el cirujano—. Por eso es importante divulgar información e intervenir de manera temprana.»
La clave se halla en la sinergia entre diferentes profesionales. Para intervenir de manera temprana es necesaria la colaboración entre diferentes profesionales, cirujanos (generales o plásticos) y fisioterapeutas, para seguir al paciente durante todo el proceso.
Más allá de la intervención quirúrgica
En el tratamiento de la diástasis no considero solo la intervención quirúrgica: tanto la prevención como el camino postoperatorio son importantes.
La diástasis se puede contener con gimnasia preparto, con la que se ayuda a las mujeres embarazadas a usar y fortalecer los músculos rectos. Sin embargo, si existe una predisposición a la laxitud de los tejidos, incluso un programa de prevención puede fallar. Sin embargo, existen productos que pueden favorecer la rehabilitación, como las prendas para abdominoplastia.
«Recomiendo encarecidamente Revée —continúa Bassetto—, que tiene una amplia gama de productos creados en colaboración con profesionales y adecuados para todas las operaciones de cirugía plástica.»
Hoy en día, la cirugía hace mucho, pero siempre debe ir de la mano de un vendaje adecuado y un seguimiento en el postoperatorio. El uso de prendas que favorezcan la recuperación optimiza el resultado obtenido en el quirófano.
Para ayudar a dar a conocer y diagnosticar la diástasis, la divulgación es clave. Se está avanzando en ese sentido y la necesidad de tratar esta enfermedad cobra cada vez más fuerza. La diástasis puede, en algunos casos, prevenirse, tratarse o contenerse; lo importante es que ya no se ignore.
Bassetto concluye: «Asociaciones como Diastasi Donna han organizado varios eventos en colaboración con los cirujanos. El próximo será en Venecia en otoño».
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