La diástasis es una condición que afecta también a los hombres. El Dr. Stefano Campa, especialista en cirugía plástica estética y reconstructiva, explica como la diástasis masculina es ya una condición muy extendida entre los pacientes bariátricos entre otros. Los síntomas más comunes incluyen la alteración de las funciones intestinales y vesicales, además de diversas dispepsias, que empeoran la calidad de la vida de los afectados.
Diástasis masculina: quien la padece
Dr.Stefano Campa, especialista en cirugía plástica estética y reconstructiva
La diástasis masculina se manifiesta cuando la separación de los músculos abdominales es superior a 2,5 cm. «La diástasis puede ser de grado leve, moderado o grave – aclara Campa – en este último caso además de causar un daño estético, también provoca daños funcionales».
Las personas obesas pueden presentar un mayor riesgo de sufrir de diástasis, causado por el aumento de la presión intrabdominal provocado por el exceso de grasa. No obstante, la diástasis masculina puede también afectar a quienes practican una actividad física sin precauciones particulares o quienes presentan una laxitud congénita. «En este caso – continúa el cirujano – puede tratarse de defectos congénitos y se tiene una menor resistencia de la pared abdominal».
La operación
La intervención para corregir la diástasis consiste en: «Reconstruir la integridad de la pared muscular» explica Campa. Si se practica una abdominoplastia, al mismo tiempo también se puede corregir la diástasis. Se empieza descolgando el colgajo de piel y se realiza la plastia de la pared abdominal. «Suelo hacerlo en dos capas – continúa el cirujano – una capa es más profunda, mientras que la otra es más superficial, y se utiliza una sutura continua para que tenga una mayor adherencia».
Si se opera a un paciente que sufre de obesidad, es preferible que se someta previamente a una cirugía bariátrica para normalizar el peso. « Tras entre seis meses y un año será posible empezar con las intervenciones de remodelación corporal.» explica Campa.
La rehabilitación
«En el postoperatorio debemos tener cuidado– continúa el cirujano – porque todo lo que aumenta la presión intrabdominal sobrecarga los músculos rectos». Para evitar que la aplicación falle y se verifique una recurrencia, es importante llevar una faja durante uno o dos meses después de la operación.
«Las fajas son esenciales– sigue Campa – porque reducen el edema en los tejidos subcutáneos». Asimismo aportan resistencia al aumento de la presión intraabdominal, lo cual impide que la plástica de los rectos se colapse. De hecho, es posible che se verifique una recidiva y que la diástasis masculina reaparezca, pero esta posibilidad ha de evitarse. «Sobre todo en los primeros días después de la operación – concluye el cirujano – hay que evitar cualquier esfuerzo, porque si no los puntos podrían fallar».